lunes, 29 de junio de 2015

El pizarrón

EL PIZARRÓN


La pizarra es uno de los medios más tradicionales que tiene una escuela, por lo cual a pesar de ser tan antigua como la enseñanza no la valoramos bien y generalmente no la utilizamos bien. No se concibe un aula sin una pizarra

La pizarra forma parte del aula, de tal manera que ha llegado a ser sinónimo de enseñanza.
Una pizarra o pizarrón es una superficie de escritura reutilizable en la cual el texto o figuras se realizan con tiza u otro tipo de rotuladores borrables.

Este recurso se construye actualmente de material sintético y se llama "pizarra blanca" La pizarra es el medio clásico utilizado por la casi totalidad de los docentes y es el único que tiene asegurada su existencia en el aula.

Una pizarra puede ser simplemente un pedazo de tablero pintado con pintura oscura mate (generalmente verde oscuro o negro). Es generalmente así verde oscuro puesto que es un color menos duro a los ojos que el negro.

Las marcas de tiza se pueden limpiar rápidamente y borrar fácilmente con un paño húmedo, o un borrador especial de pizarra consistente en un bloque de madera cubierto por un cojín de fieltro. Por el contrario, las marcas de tiza mojada hechas en algunos tipos de pizarra puede ser difícil de quitar.

Las barras de "tiza tratada" se hacen especialmente para el uso con las pizarras, en blanco las más comunes, pero también en diversos colores. Éstos no se hacen realmente de roca de tiza, sino de yeso.

En la enseñanza simultánea, el empleo exclusivo del lenguaje hecho por el maestro no basta para que los alumnos adquieran una noción clara y nítida de lo que se les debe enseñar. Es preciso para eso que las explicaciones sean, en lo posible, reforzadas por otros recursos intuitivos, que le traduzcan en términos sensibles los datos conceptuales enfocados. Pues bien, la pizarra es sólo uno de los recursos intuitivos utilizables.

En todas y cada una de las clases, la pizarra está siempre al alcance del profesor para reforzar sus explicaciones, eliminar ambigüedades, concretar abstracciones, fijar contrastes, realzar antinomias, trazar paralelos, establecer proporciones, esquematizar sucesiones, configurar situaciones complejas. En realidad, es ilimitado el número de posibilidades de objetivación a las que la pizarra se puede prestar en manos de un profesor que tenga imaginación y completo dominio de la técnica.

En tal sentido se debe interpretar el harto conocido adagio didáctico: “un pedazo de tiza bien aprovechado vale más que dos toneladas de teorías verbalizadas”.
Existen varios tipos de pizarrón: portátil, movible, de pared y hasta enrollable. Actualmente los hay elegantes de material plástico que requieren para escribir plumones de colores, lo cual ayuda a los maestros para no tragar tanto polvillo del gis, pero que manchan los dedos e incluso emanan un tufillo químico; éstos tienen la ventaja de resaltar con sus vivos colores los puntos importantes de la lección el día.

El caso es que ni los cambios educativos ni la tecnología actual han logrado suplir este valioso recurso, utilizado prácticamente en todos los países del mundo, e insustituible para transmitir conocimientos. No importa de qué material sea el pizarrón: incluso si únicamente es una pared pintada de negro, él es protagonista y herramienta básica del proceso de enseñanza-aprendizaje.


https://www.google.com.do/search?q=laminas+como+recurso+educativo&biw=1280&bih=709&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ei=3Z-RVbm7LITs-QG4vpa4CA&sqi=2&ved=0CAYQ_AUoAQ#tbm=isch&q=el+pizarron&imgrc=o65d6bgnZZoi-M%3A


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