EL PIZARRÓN
La pizarra es uno de
los medios más tradicionales que tiene una escuela, por lo cual a pesar de ser
tan antigua como la enseñanza no la valoramos bien y generalmente no la
utilizamos bien. No se concibe un aula sin una pizarra
La pizarra forma parte
del aula, de tal manera que ha llegado a ser sinónimo de enseñanza.
Una pizarra o
pizarrón es una superficie de escritura reutilizable en la cual el texto o
figuras se realizan con tiza u otro tipo de rotuladores borrables.
Este recurso se
construye actualmente de material sintético y se llama "pizarra
blanca" La pizarra es el medio clásico utilizado por la casi totalidad de
los docentes y es el único que tiene asegurada su existencia en el aula.
Una pizarra puede ser
simplemente un pedazo de tablero pintado con pintura oscura mate (generalmente
verde oscuro o negro). Es generalmente así verde oscuro puesto que es un color
menos duro a los ojos que el negro.
Las marcas de tiza se
pueden limpiar rápidamente y borrar fácilmente con un paño húmedo, o un borrador
especial de pizarra consistente en un bloque de madera cubierto por un cojín de
fieltro. Por el contrario, las marcas de tiza mojada hechas en algunos tipos de
pizarra puede ser difícil de quitar.
Las barras de
"tiza tratada" se hacen especialmente para el uso con las pizarras,
en blanco las más comunes, pero también en diversos colores. Éstos no se hacen
realmente de roca de tiza, sino de yeso.
En la enseñanza
simultánea, el empleo exclusivo del lenguaje hecho por el maestro no basta para
que los alumnos adquieran una noción clara y nítida de lo que se les debe
enseñar. Es preciso para eso que las explicaciones sean, en lo posible,
reforzadas por otros recursos intuitivos, que le traduzcan en términos
sensibles los datos conceptuales enfocados. Pues bien, la pizarra es sólo uno
de los recursos intuitivos utilizables.
En todas y cada una
de las clases, la pizarra está siempre al alcance del profesor para reforzar
sus explicaciones, eliminar ambigüedades, concretar abstracciones, fijar
contrastes, realzar antinomias, trazar paralelos, establecer proporciones,
esquematizar sucesiones, configurar situaciones complejas. En realidad, es
ilimitado el número de posibilidades de objetivación a las que la pizarra se
puede prestar en manos de un profesor que tenga imaginación y completo dominio
de la técnica.
En tal sentido se
debe interpretar el harto conocido adagio didáctico: “un pedazo de tiza bien
aprovechado vale más que dos toneladas de teorías verbalizadas”.
Existen varios tipos
de pizarrón: portátil, movible, de pared y hasta enrollable. Actualmente los
hay elegantes de material plástico que requieren para escribir plumones de
colores, lo cual ayuda a los maestros para no tragar tanto polvillo del gis,
pero que manchan los dedos e incluso emanan un tufillo químico; éstos tienen la
ventaja de resaltar con sus vivos colores los puntos importantes de la lección
el día.
El caso es que ni los
cambios educativos ni la tecnología actual han logrado suplir este valioso
recurso, utilizado prácticamente en todos los países del mundo, e insustituible
para transmitir conocimientos. No importa de qué material sea el pizarrón:
incluso si únicamente es una pared pintada de negro, él es protagonista y
herramienta básica del proceso de enseñanza-aprendizaje.
https://www.google.com.do/search?q=laminas+como+recurso+educativo&biw=1280&bih=709&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ei=3Z-RVbm7LITs-QG4vpa4CA&sqi=2&ved=0CAYQ_AUoAQ#tbm=isch&q=el+pizarron&imgrc=o65d6bgnZZoi-M%3A
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